El Tangram
El Tangram es uno de los juegos de lógica más
comercializados del mundo. Como tal, en esta entrada me gustaría comentar la
importancia de este en el campo educativo. Para ello, me voy a basar en el
libro de Fernández y Linares (2015) y mis experiencias personales con el juego.
En primer lugar, es necesario repasar algunas de
sus características básicas. El Tangram es un juego de origen chino que data
del siglo XIX, y está formado por siete elementos: cinco triángulos de
distintos tamaños, un paralelogramo y un cuadrado. Es un recurso que pueden
utilizar personas de todas las edades dada la gran cantidad y variedad de
composiciones que se pueden crear.
Personalmente, el Tangram es un recurso didáctico que me gusta mucho, lo he podido poner en práctica con alumnos en dos ocasiones. En la primera, como parte de un programa de intervención en un alumno autista, en que se buscaba la mejora de las habilidades cognitivas. Y en segundo lugar, como parte de una clase con alumnado con Necesidades Educativas Especiales. Este último, fue un proyecto común de plástica y matemáticas, en que cada alumno construyó su propio Tangram, para posteriormente “jugar” con él. El objetivo en esta clase, además de la mejora de las habilidades cognitivas nombradas, era la tolerancia a la frustración y la concentración, dado que muchos de los alumnos se caracterizaban por la inatención e impulsividad.
En ambos casos, el material obtuvo una buena acogida por
parte de los alumnos, estaban motivados, y a pesar de que los primeros compases
fueron duros, a medida que avanzaban las sesiones, su destreza y autocontrol aumentaba
considerablemente.
En conclusión, me parece que el Tangram es una muy buena
forma de trabajar las matemáticas y las principales habilidades cognitivas. La
mejora de estas habilidades se extrapola al mejor afrontamiento de situaciones
de nuestro día a día. Para finalizar, dejo a continuación el enlace de un blog sobre el Tangram y un video en el que
se muestran varios ejemplos para empezar a trabajar con el juego.
Ricardo Álvarez Giménez
Comentarios
Publicar un comentario